Hablarle a tu bebé estimula y transforma su cerebro

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Un estudio de Diario de la Neurociencia reveló que los pequeños que reciben estímulos de lenguaje por parte de sus padres y/o hermanos, ayuda a que adquieran en el futuro mejores habilidades y más sofisticadas sobre el procesamiento del lenguaje.

Esto, explica, deriva de que las evaluaciones arrojaron que los niños y niñas que recibían palabras de quienes los rodeaban, ayudó a incrementar la “mielina” (células del cerebro que permite que los impulsos eléctricos se transmitan de manera rápida y eficiente a lo largo de las neuronas) en los 163 niños de entre seis y 30 meses que fueron analizados.

“Los bebés de dos años y medio que escucharon más palabras de sus adultos más cercanos durante el periodo de grabación tenían más mielina en las regiones cerebrales asociadas al lenguaje”, explica la cadena BBC de radio y televisión.

Sobre el análisis, Diario de la Neurociencia precisó que los pequeños llevaron puestos un grabador de audio diseñado para esta prueba. Lo portaron un promedio de 72 horas (tres días).

“De esa manera pudimos grabar todo el lenguaje al que están expuestos, no solo cuando los adultos les hablan directamente sino también si les hablan sus hermanos o hermanas o lo que escuchan cuando los adultos hablan con los otros menores de la casa”, indicó.

De balbuceos a conexiones neuronales: Cómo la estimulación lingüística moldea el desarrollo cognitivo del bebé

Durante la etapa de investigación, también se analizó el desarrollo de los bebés quienes acudían a un hospital a “la sala del sueño”. Los padres de los menores los llevaban y se acomodaban ahí para que se quedaran dormidos, y así, conducirlos a otra sala de estudio para realizarles un ultrasonido del cerebro.

Los niños estaban protegidos con auriculares especiales para este tipo de estudio, y la mayoría estuvieron dormidos durante los 40 minutos que duró el examen.

Durante el primer año, el cerebro está ocupado creando nuevas células, por lo que estar muy expuesto al lenguaje puede acelerar el crecimiento del cerebro. Los investigadores sugieren que este crecimiento del cerebro podría retrasar la formación de la mielina.

 

Efrén Urrutia