Diana Nora, trabaja todos los días a pesar no ver la luz del día

0
73

Puerto Vallarta, Jal.-Temprano por la mañana caminaba por el Malecón, entre los turistas y vendedores; caminaba con un bastón, el cual le sirve de guía entre el mar de piernas y objetos colocados en el malecón, evidenciando una discapacidad visual.

Ella es Diana, quien es muy conocida en el área, se ve como se abre paso entre la gente, cargando una mochila azul, la cual no se ve nada liviana, al contrario, se nota que carga un gran peso en ella.

Era intrigante verla caminar, sola completamente, segura de su espacio ante el panorama adverso que se encontraba a su paso, finalmente llegó hasta una banca ubicada en la esquina de Paseo Diaz Ordaz y 31 de Octubre, sin duda fue una gran oportunidad de platicar con alguien que sobrelleva su discapacidad con mucha entereza.

Ella no llegó a esa parte del malecón a pasar el rato a o disfrutar de una mañana agradable, eso se notaba, ya que con gran calma, acomodo su pesada mochila de color azul, sacó una caja de madera y luego sus dulces, dulces de varios tipos y sabores para la venta.

A su paso se nota que es muy conocida en el popular paseo, ya que todos decían “Adiós Diana”, “Buenos días”, saludos que contesta con agrado y familiaridad.

Cuando ya se preparaba para hacer sus ventas, nos acercamos para conocerla y platicar. De entrada, Diana se nota alegre, de rápido y chispeante hablar y una gran sonrisa ilumina su rostro delgado y de finas facciones.

Edy San Juan, nuestro compañero camarógrafo de CPS Media, da entrada a la plática que daría pie a una entrevista improvisada en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, de entrada nos dice su nombre, Diana Nora Reynoso Padilla, de 45 años, quien a muy corta edad perdió la vista. Apenas tenía 17 años, 28 años de no ver.

Desde un principio les pidió a sus amigos respetar su dignidad y no tratarla con lástima o con pena por lo que le estaba sucediendo.

Trátenme como persona normal”, les dijo y a pesar que dijo sentir que se moría cuando perdió la vista, finalmente se dio cuenta que había maneras de sobrellevar su discapacidad, especialmente teniendo dos hijas pequeñas, las que tenía que sacar adelante.